El invento de la imprenta hizo su aparición en Europa y con ello el perfeccionamiento de los
manuscritos producidos por las escuelas monásticas medievales, a la par de las universidades y obras realizadas por hombres
en el Renacimiento. El trabajo manual de los escribanos es sustituido por artificios mecánicos en la confección
de libros, se incrementa su producción, se reduce el costo y se ponen al alcance de un gran número de lectores.
Por ello la imprenta destaca entre los grandes avances tecnológicos del Renacimiento y se convierte en uno de los
principales medios de difusión del conocimiento.
Los antecedentes más antiguos de la imprenta se encuentran en China,
en las impresiones que realizaban, fueron los primeros en usar, altorrelieves
en madera, impregnados de tinta, que estampaban sobre hojas de papel de arroz.1
Se sabe que mucho antes de que la imprenta llegara a Occidente los chinos ya
disponían de los tres elementos básicos para poder imprimir un texto: el papel, tinta y colorante,
y los moldes de los signos o imágenes que debían fijarse sobre la superficie que serviría para
la lectura. Estas técnicas no fueron conocidas en Europa, donde la
xilografía o
tallado en madera aparece a mediados del siglo XV, la cual fue utilizada como auxiliar del
copiado a mano. 2
Muchos países se disputan el honor de ser la cuna de la imprenta, sin embargo
existen testimonios y argumentos suficientes que afirman que fue Juan Gutenberg, alemán natural de Maguncia, quien por
quien perfeccionó la imprenta y utilizó Tipos móviles de metal, los cuales facilitaron la organización de las
planchas para la impresión. 3
La fecha del invento de la Imprenta de Gutenberg es 1450 año en
que fue publicado el primer libro impreso por Gutenberg. La Biblia,
obra conocida como la de "cuarenta y dos líneas", en dos volúmenes tamaño folio, que alcanza
más de mil doscientas páginas. Es la única obra que se considera completamente suya sin duda,
aunque no lleva marca de imprenta, firma ni fecha o lugar de publicación. Otra obra importante
es el Salterio de Maguncia que se termina de imprimir en 1457, esta obra es
especial en la historia del libro y de la imprenta pues es la primera obra impresa
que indica el año de publicación y el lugar de impresión, que lleve marca de
impresor y colofón, ilustraciones, impresión a más de un color, la primera que pasó
directamente del impresor al encuadernador, sin pasar antes por los ilustradores, y
finalmente, la primera que contiene una errata (que sería corregida en la edición de 1459):
en el colofón dice Spalmor(um) en lugar de Psalmor(um). 4
Los libros impresos antes de 1501 se dice que pertenecen a la era de los
incunables.
Las
primeras imprentas eran totalmente de madera; consistía de una
máquina horizontal de presión plana. Superficies planas eran, en efecto, "la cama" en donde
se colocaba la forma, y la "platina", destinada a recibir el papel. La platina descendía
hasta apretarse sobre la forma y se levantaba posteriormente. Ambos movimientos se ejecutan
por medio de un tornillo, pensadas para transmitir una cierta presión al elemento impresor o
molde, que se colocaba hacia arriba sobre una superficie plana. Para el entintado utilizaban
pelotas de lana, cubiertas de cuero y ensartadas en un mango de madera. La prensa iba equipada con raíles que permitían expulsar el molde, volviendo a su
posición original, de modo que no fuera necesario levantar mucho la platina. Sin embargo,
la operación resultaba lenta y trabajosa; estas prensas sólo producían unas 250 impresiones a
la hora, y sólo imprimían una cara cada vez. 5
En el siglo XVI se sustituye la madera por el metal, se introducen
los tornillos y se generalizó el empleo de la frasqueta con dos bastidores y con crucetas de
papel o pergamino que tenían por
objeto sujetar el "tímpano", otro forrado de baldés y acolchonado con bayetas, sobre el cual
descansaba el papel
que debía imprimir y que se destinaba también a cubrir en los blancos la hoja receptora de
la impresión.
La imprenta se extendió rápidamente, así para fines del siglo XV no sólo Alemania sino
Italia, Francia y España contaron con varios establecimientos de impresión.
En el siglo XVI se introduce en Inglaterra y en los Países Bajos, y se lleva a los dominios ultramarinos españoles (Nueva España y Perú). En el XVII se funda la imprenta en Guatemala y en Estados Unidos, y en el siglo XVIII en Cuba, Colombia, Ecuador, Argentina y Chile.
Pocas modificaciones sufrieron las prensas hasta el siglo XVII, sin embargo, el principio de la
prensa tipográfica no varió hasta la invención de la prensa
de cilindro, concebida por Federico Koening a principios del siglo XIX. A partir de entonces ha
evolucionado continuamente
hasta alcanzar el perfeccionamiento actual paralelo al avance científico y tecnológico con base en rotativas,
máquinas electrónicas y de computación.
La imprenta llegó a América algo más tarde, en 1540, año en que comenzó a funcionar la
primera en México. La edición de libros se inició en seguida y se multiplicó
vertiginosamente. Los impresores renacentistas italianos del siglo XVI
establecieron algunas tradiciones usadas actualmente como la del uso de caracteres de tipo romano e itálico,
de composiciones definidas o de portadas de cartón fino, a menudo forradas en piel.
Utilizaban también las planchas de madera y de metal para incidir en ellas las
ilustraciones y establecieron los distintos
tamaños de libros folio, cuarto,
octavo, duodécimo, 16º, 24º y 32º. 6