Antecedentes
Imprenta en México Siglo XVI al XIX
Imprenta en México Siglo XVI al XIX
Imprentas Insurgentes
Imprenta en México
Siglo XVI

En el siglo XVI, Juan Pablos fue el primer impresor, de México, desde 1539 hasta 1546 los libros aparecieron bajo el nombre de Cromberger y en 1548 se termina la Doctrina cristiana en lengua española y mexicana, en la cual se menciona por primera vez "En casa de Juan Pablos", clausula que uso hasta su muerte

Uno de los impresos mas notables de Juan Pablos fue la Relación del espantable terremoto que agora nuevamente ha acontecido en la ciudad de Guatemala en 1541, el cual es considerado como un antecedente del periodismo en Nueva España. Los trabajos de Juan pablos fueron pulcros y cuidados aunque los tipos no eran de muy buena calidad. El segundo impresor fue Antonio de Espinosa en el año de 1551, el cual fue contratado tres años por Juan Pablos quien integro tipos romanos y cursivos así como nuevos grabados de madera; estas innovaciones hicieron prosperar el negocio de Juan Pablos. Posteriormente en 1559 establecio su propio taller. Antonio Espinosa es considerado el mejor tipografo del siglo XVI.1

En 1562 Pedro Ocharte, se casa con la hija de Juan Pablos y pasa a ser el tercer impresor mexicano que resulto ser un hábil comerciante el cual se asocio con Espinosa, aunque más tarde fue procesado, multado y desterrado, por la inquisición; por un grabado de la Virgen con una leyenda que no agrado a los inquisidores. Otro impresor fue Pedro Balli de origen francés llegó a México en 1569, le siguen Antonio Ricardo, Melchor, Luis Ocharte y Enrico Martínez, quienes imprimieron no sólo libros religiosos sino que de sus prensas salieron textos de medicina, leyes, música, libros de estudio para la Universidad y otros colegios a donde acudían estudiantes criollos. 2

La mayoría de los libros salidos de sus prensas fueron de carácter religioso; misales, doctrinas, confesionarios, graduales, sermonarios, catecismos y diccionarios en lenguas indígenas. Esto se debió a que la principal función de las instituciones religiosas novohispanas era el proceso de la evangelización, por lo que se adquiere un especial interés en el proceso de castellanización y con ello la creación de los vocabularios de Antonio Espinosa, las Ordenanzas del virrey Mendoza, los tratados de medicina de Pedro Ocharte, la Física speculatio de fray Alonso de la Veracruz, el Tratado de aritmética de Juan Díez, el Tratado de arte militar y náutica Antonio de Palacios, Fray Alonso de Molina fue autor del primer diccionario de una lengua de América, el Vocabulario de la lengua castellana y mexicana, editado en 1555. Este texto marca el comienzo de la lexicografía del Nuevo Mundo. En la misma década, en 1553, inició sus cursos la Real y Pontificia Universidad de México, a su vez primera del continente, para la cual fueron impresos, a partir del año siguiente, 1554, los primeros libros universitarios americanos, mismos que poco más tarde fueron reimpresos y utilizados en universidades europeas. Los títulos editados durante el siglo XVI fueron verdaderas piedras miliares en el conocimiento de las lenguas vernáculas americanas y, también, instrumentos que facilitaron el intercambio de culturas en otros campos. 3

La inestabilidad de las grafías, fue una de las características de estos impresos del siglo XVI, otra fue el momento de fijación del idioma lo que revela la vacilación en el uso de la ortografía, variaciones reflejadas en la distinta grafía de una misma palabra en un mismo texto; el uso de arcaísmos Sant y san; mill y mil, de dobles consonantes Las Cassas, vacilación en el uso de la c por z, de la b por v, castellanización de nombres propios, traducción de apellidos extranjeros: Ricciardi por Ricardo; Balli por Valli, Ocharte por Ochart. 4

Existía el monopolio en la labor tipográfica, concedido por privilegio a la "Casa de Juan Cromberger" que operaba en la Nueva España, el cual comenzó a debilitarse cuando el propio Juan Pablos compró el taller en 1550, y consiguió de las autoridades virreinales se le extendiera esta concesión, y concluyó cuando Antonio de Espinosa obtuvo una cédula real, firmada en Valladolid el 7 de septiembre de 1558. La cédula fue presentada en México el 3 de agosto de 1559 y obedecida, así como otras dos cédulas reales en las cuales Espinosa se favorecía con la libertad de ejercer oficios y cargos de acuerdo a la calidad de su persona así como de tierras para labranza y para la fabricación de su casa. 5 Hecho importante para la historia de las artes gráficas en México, ya que aseguró la libertad de trabajo a los impresores y favoreció la proliferación de imprentas.

El papel utilizado en la confección de los libros se importaba de Europa; mas las dificultades de aprovisionamiento provocaron el establecimiento de molinos de papel en México. Se tienen noticias de que Juan Cornejo y Hernán Sánchez de Muñón fundaron la primera fábrica en 1575, así como de la existencia de la fábrica de Culhuacán, y que estos, utilizaron materiales autóctonos en su elaboración. 6

Los tamaños de los libros fueron los comunes de folio, cuarto y octavo español; rara vez se encuentran mayores. Los caracteres góticos se usaron en las primeras ediciones.

El texto se presentaba a veces a dos columnas, especialmente en las obras bilingües o a plena página. Frecuentemente se encontraba en un mismo libro la combinación de distintos tipo de caracteres. Suelen utilizarse iniciales historiadas enmarcadas en un cuadrado y también pequeños grabaditos accesorios cuyo uso era frecuente en los textos destinados a los indígenas por el interés y atracción que ejercían sobre ellos. Posteriormente se alternaron caracteres góticos con los romanos y cursivos que se introdujeron con Espinosa en 1554, cuando éste aún trabajaba para Juan Pablos como fundidor y cortador de letras; cabe señalar que Espinosa es considerado como el mejor impresor del siglo y que fue el único que usó escudo o marca de editor en sus impresos. La impresión se hizo por lo general en tinta negra y ocasionalmente se hicieron impresiones a dos tintas; bellos ejemplos de esta última técnica son el Misal romano, de 1561 y el Gradual dominical, editado por Espinosa. 7

Bibliografia

1.- Moreno, R. (1989). Ensayos de Bibliografía Mexicana. México : UNAM.

2.- Fernández, RM. (2001). Patrimonio Bibliográfico de México. [en línea]. Disponible en: http://www.ifla.org/IV/ifla67/papers/142-123s.pdf" [2006, agosto 28].

3.- Bosque, M. (1995). Tesoros bibliograficos mexicanos. Mexico: UNAM.

4.- Fernandez, S. (1999). Hispanoamérica; su registro cultural a través de la imprenta [en línea]. Disponible en: http://www.ifla.org/IV/ifla65/papers/111-137s.htm [2006, agosto 24].

5.- García, J. (1981). Bibliografía Mexicana Siglo XVI. México: Fondo de Cultura Economica.

6.- Lenz, H. Historia del papel en México y cosas relacionadas. Revista ejournal [En línea]. Disponible en: http://www.ejournal.unam.mx/historia_novo/ehn16/EHN01629.pdf[2006, agosto 20].

7.- Fernández, RM. (2001). Informe: Comité Mexicano Memoria del Mundo [En línea]. Disponible en: http://infolac.ucol.mx/mow/informes/MOWInforme MEXICO. 2002.doc [2006, agosto 28] .

Fuentes
  • Adabi de México. Impresos siglos XVI [En línea]. Disponible en: http://www.adabi.org.mx/investigacion/art_ecv01.htm [2006, septiembre 27].

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